viernes, 17 de julio de 2009

Anacronías I

Las tardes pasan frías imaginando que llegas a casa, tus pasiones olvidadas una vez más en el mundo de la fantasía, en el campo perdido de la virtud, recuerdo todavía cuando el humo lo recubría todo, cuando la noche pasaba en sensaciones siempre intensas, un viejo CD obsoleto por el mp3, me mira de reojo pidiendo que lo escuche de nuevo, que le permita por última vez, escucharse, escuchar aquellas pistas mal grabadas y rayadas de tanto uso en sus buenas épocas, sin embargo se siente más despreciado que los libros de Walter Riso, una vez más la indiferencia reina en torno a el, se siente solo y no sabe qué hacer, un jugo que cayó encima de su cubierta ya recubierta de polvo fue la última emoción de su vida, cuando creyó que de pronto su vida tenía sentido de nuevo, cuando sintió un cambio de temperatura que le devolvía aquella sensación de un láser que lo descifraba mientras giraba sin parar, a su lado todavía se encuentra aquel libro de poemas franceses que solía escuchar cuando el humo recubría el cielo feliz de un cuarto pequeño y triste.

No hay comentarios:

Publicar un comentario